La historia se remonta al año 1970, cuando Jaime Alberto Ocampo, con su creatividad e ingenio, transformó chatarra y elementos metálicos en exhibidores y vitrinas de venta. En 1985, adquirió una fábrica y estableció una planta de producción equipada con maquinaria de vanguardia, expandiendo así las líneas de negocio para incluir estantes metálicos y góndolas. Así, se convirtió en el distribuidor nacional más destacado del país para la década de 1990, encargándose del montaje de supermercados reconocidos como la cadena "La 14", y ampliando su oferta con puntos de pago y trabajos en metal y madera.
Durante este período, estableció alianzas con importantes marcas como Yupi, Gillette y Chiclet's Adams. Esto llevó a la empresa a operar las 24 horas del día y a contratar a más de 200 empleados por jornada para satisfacer la alta demanda. Además, Vitrialambre inició negociaciones con Copservir y montó las droguerías más importantes del país, desde el Amazonas hasta la costa atlántica.

Su éxito alcanzó su punto máximo al trabajar con reconocidas cadenas como Locatel, Pat Primo, Seven Seven, Armi y Totto, entre muchas otras. Sin embargo, en el año 2010, la empresa experimentó cambios significativos debido a la reducción de sus negocios, enfocándose únicamente en locales comerciales de moda, como Herpo, Ann Chery y Vansport, entre otros.
En 2014, Vitrialambre enfrentó su momento más desafiante tras la pérdida de su fundador y el cambio de propiedad a manos de María Teresa Ocampo quien asumió la responsabilidad de dirigir y mantener la fábrica en medio de este cambio.
Luego, en el año 2020, la pandemia trajo consigo desafíos sin precedentes, lo que obligó a la marca a realizar cambios drásticos y reorganizarse para enfrentar los nuevos desafíos. La empresa se encuentra en busca de nuevos pilares para expandir nuevamente su negocio y generar un impulso renovado al prestigio de la marca Vitrialambre.